Este prototipo, surgido del trabajo conjunto entre el fabricante austriaco y el Instituto Tecnológico de ese país, podrá recorrer 100 kilómetros entre recargas, propulsado por un motor eléctrico de 20 caballos. En esta nueva aventura, KTM abandona momentáneamente la producción de dos ruedas pero sigue ofreciendo alternativas para facilitar la movilidad urbana.
KTM pretende comenzar a realizar este pequeño urbano a principios del próximo año, con una producción de 50.000 unidades, algo que podría ser viable si mantiene su intención de comercializar el vehículo a un atractivo precio entre los 5.000 y 8.000 euros.
Sin lugar a dudas, es un objetivo ambicioso por parte del fabricante, especialmente si tenemos en cuenta que, desde que Renault presentara la idea del pequeño Twizy, este tipo de vehículos serán cada vez más habituales entre los proyectos de las marcas. Puede que antes de lo que imaginamos estos eléctricos se conviertan en una nueva moda y llenen las calles de la ciudad, una gran noticia para KTM y todas las marcas que se animen con estos vehículos.